Dentro de las estrategias actuales para la renovación de los espacios de aprendizaje, el escenario urbano ocupa un lugar muy significativo. El actual programa Escuela-Ciudad-Escuela de la Secretaria de Educación Distrital en Bogotá ha convertido el espacio publico en objeto de interacción de las personas y los grupos con su entorno. La apropiación de los niños y los jóvenes de sus lugares de convivencia para aprender se refleja en este programa de la SED en el que las salidas pedagógicas se convierten en actividades muy significativas para generar sentido de pertenencia, para el conocimiento directo de las problemáticas urbanas, para direccionar la participación de los estamentos de la comunidad educativa en las soluciones concertadas a los retos de crecimiento de nuestra ciudad. Igualmente el Observatorio Urbano y todas las experiencias que desarrollan experiencias pedagógicas, culturales, lúdicas en la calle ha generado todo un movimiento de intervención en lo público.
Si en las Escuelas se dotara de herramientas pedagógicas a las familias para enseñar a sus hijos a darle una mirada diferente a su entorno, su barrio, localidad, se validaría de una mejor manera el espacio urbano como objeto de aprendizaje. Así como los centros educativos planean y hacen sus salidas, lograr que en las familias se realicen paseos con el propósito de aprender, descansar, jugar, participar de las actividades ciudadanas ayudaría mucho a convertir el escenario urbano en un lugar complementario de la escuela y viceversa la escuela también se podría transformar en un lugar de aprendizaje de convivencia, democracia y tolerancia, valores fundamentales de las ciudades.
Si en las Escuelas se dotara de herramientas pedagógicas a las familias para enseñar a sus hijos a darle una mirada diferente a su entorno, su barrio, localidad, se validaría de una mejor manera el espacio urbano como objeto de aprendizaje. Así como los centros educativos planean y hacen sus salidas, lograr que en las familias se realicen paseos con el propósito de aprender, descansar, jugar, participar de las actividades ciudadanas ayudaría mucho a convertir el escenario urbano en un lugar complementario de la escuela y viceversa la escuela también se podría transformar en un lugar de aprendizaje de convivencia, democracia y tolerancia, valores fundamentales de las ciudades.